miércoles, 25 de noviembre de 2015

Tristeza Terminal

Tristeza terminal, punto y aparte. 
Un cúmulo de sombras consecutivas; calor ciego de la roca que se hunde. 
Y el pantano. El fuego. Punto y seguido. Son siempre lo mismo: personajes clonados que repiten sus diálogos en escenas distintas, 
apenas pequeños retoques en el vestuario. 
Sudor. Gotas de agua cayendo bajo las luces. 
Maquillaje, peinado, alguien grita. 
Nosotros seguimos, caemos, morimos. Apuñalados. 
La ropa hecha girones, al final de jornada. 
Soldados hechos Ira en la selva de las palabras. Punto y coma. Piernas heridas, un ojo tuerto. 
Que limpien el set.
Telón cerrándose en medio del rumor de las polillas 

que nos miran, sentadas en las butacas. 
"Son actores: Hacen teatro", y el rumor nos cae encima; las voces de polvo.
Maquillaje Peinado Ira Limpien el Set Polvo Oscuridad. 
Palabras reales, personas heridas muertes gotas puntos comas que desaparecen con la noche, atrapadas en los pasos de las hormigas
llevandose el pan. Lo siembran en todo el mundo y árboles de hormigas crecen en los párpados
de los actores dormidos.

Soñamos con un cielo de cera
en un Teatro que no existe. Pero las llamas sí, las escuchamos. El fuego, sí.
El silencio  choca contra el piso. Murmullos, cristales que se quiebran. Y seguimos viviendo, frente a la audiencia fantasma: más muertos y reales que nunca.

Las polillas ríen y nos aplauden. 
"Nada de esto está, ni estamos" te digo y mi boca se cierra.
Estática. Altavoz. Tristeza Terminal.