lunes, 4 de julio de 2016

Fe

Me gusta cuando sueñas conmigo; cuando me sueñas como un ente soñante, a su vez, no como una presencia impasible a la que rozan tus dedos por accidente.

Dentro de ti, somos como Shiva: bailamos y soñamos el mundo en donde viven los despiertos. Nada mal. Es algo a lo que puedo acostumbrarme; a las habitaciones blancas, a los largos paseos por ciudades cuidadosamente construidas, como aquella en donde hallamos una iglesia a la orilla de un lago, y en donde nos perdimos, por sus calles adoquinadas llenas de pájaros y del baile de la luz por entre las hojas.

Eres mucho más que todo eso. Eres tantas cosas, ocupándolo todo en tantas partes... el sonido nocturno indescifrable, escabulléndose por las cortinas, dejando marcas invisibles. Por eso te sueño y te coloco en todos estos escenarios imposibles. Porque ése es el mundo al que pertenecemos y que nos ha sido arrebatado, cuando se nos forzó a vivir en éste, con todas sus reglas complicadas.

Pero tengo Fe.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario