Ven el reloj
sin mirarse
directamente a los ojos
El tiempo es una cosa que se muere
si no lo comen
cuando deben.
"Lo siento no puedo voy con prisa
tengo mucho trabajo"
son cosas que dicen los niños grandes ;
Sus caras permanecen
ocultas
por el telón de una ausencia cuasi estática
Miran su reloj
reprochándose
la ridícula obsesión que tienen
por el tiempo.
Qué pueden hacer, si no
regocijarse de lo comprensivos
de lo maduros
de lo sólidos
que se han vuelto
olvidando la búsqueda
de lo que un día llamaron 'Amor'.
Hablan en términos de 'mercado'
y de institucionalización. Discursos llenos
de palabras duras
que saben dirigen hacia el Otro.
Inclinan la cabeza
se sienten solos e idiotas
con todos los logros y obsesiones
que saben no comparten,
porque los niños grandes no piensan
en voz alta.
Y no se enamoran,
ni se preocupan por nada
que no sea
la amarga condena de su funcionalidad.
Al final, vuelven a casa,
a su escritorio,
escriben poemas o terminan
posgrados
que aborrecen
(sobre todo los poemas).
pero ya no importa.
El el mundo de las fieras,
las más fuertes
son las que mueren
para volver
como fantasmas,
a seguir trabajando, molestos
porque no comen
a sus putas horas
y duermen mal
y todo es una chingadera que se perpetua
y se perpetua
Pero ya vale madres, porque
los niños grandes
no creen en la Felicidad.
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